La candela encendida
requiere leña,
que iluminen sus llamas
cuando te acercas.
Al candil para que arda,
hay que echarle aceite,
tú con tu silencio
vas y lo viertes.
Con la vela encendida
siempre te espero,
la corriente la apaga
con tu silencio.
La cerilla encendida
que poco dura,
de tu amor hacia mí
casi tengo dudas.
Si me quieres lo dices
y lo demuestras,
avivando este fuego
que me condena.
Si te vas de mi lado
que tengas suerte,
que el camino se borre
y no regrese.
ISABEL ÁLVAREZ CARRASCO Imagen cogida de la red
